La moda, esa industria que siempre ha marcado tendencias y ha definido estilos, se enfrenta hoy a uno de sus mayores desafíos: la sostenibilidad. En un mundo cada vez más consciente de la importancia del cuidado del medio ambiente, surge con fuerza el concepto de “moda circular”. Pero, ¿qué significa realmente y cómo podemos, desde nuestra posición de consumidores, ser parte del cambio para cuidar el planeta?
Para entender la importancia de la moda circular, es necesario primero analizar el modelo tradicional que ha prevalecido en la industria de la moda durante décadas. En la actualidad, la producción de ropa sigue, en su mayoría, un sistema lineal: se extraen recursos, se producen prendas, se consumen, y finalmente, se desechan. Este modelo no solo agota los recursos naturales, sino que genera enormes cantidades de residuos y contaminación.
Se estima que cada año se producen más de 100 mil millones de prendas en todo el mundo, y una gran parte de ellas termina en vertederos en un período sorprendentemente corto de tiempo. Las modas pasajeras y el fenómeno del “fast fashion” (moda rápida) han llevado a una cultura de consumo que prioriza lo nuevo sobre lo duradero, y lo barato sobre lo ético. En consecuencia, la industria textil es una de las más contaminantes, responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones globales de carbono.
¿Qué es la moda circular?
La moda circular propone un cambio radical en la forma en que producimos, consumimos y desechamos ropa. En lugar de seguir un modelo lineal, la moda circular adopta un enfoque regenerativo y sostenible. El objetivo principal es mantener los productos y materiales en uso durante el mayor tiempo posible, reduciendo así la necesidad de extraer nuevos recursos y minimizando los desechos. Esto se logra a través de diversas estrategias, como el reciclaje, la reutilización, la reparación y el rediseño.
La moda circular no solo busca disminuir el impacto ambiental, sino también fomentar una economía más justa y ética. En este modelo, las marcas se comprometen a crear prendas de calidad que duren más tiempo, utilizando materiales sostenibles y procesos de producción menos dañinos para el medio ambiente. Además, se promueve la idea de que los consumidores deben tener un papel activo en este cambio, tomando decisiones de compra más conscientes y responsables.
Una de las formas más efectivas de participar en la moda circular es optar por la compra de ropa de segunda mano. Lo que alguna vez fue visto como un hábito asociado con la escasez económica, hoy se ha convertido en una tendencia global que aboga por el consumo responsable. Las tiendas de segunda mano, los mercados de ropa vintage y las plataformas online de reventa han proliferado, ofreciendo a los consumidores la posibilidad de adquirir prendas de calidad a precios accesibles.
La compra de ropa usada no solo ayuda a reducir la demanda de producción de nuevas prendas, sino que también alarga la vida útil de los productos existentes. Además, muchos consumidores han descubierto la satisfacción de encontrar piezas únicas y de calidad en tiendas de segunda mano, alejándose de la homogeneidad de las marcas de “fast fashion”.
Otra tendencia en la moda circular es el intercambio de ropa. En muchos países, incluida Argentina, se están organizando eventos de intercambio de prendas en los que las personas pueden llevar ropa en buen estado que ya no usan y, a cambio, llevarse otras prendas de su interés. Estos eventos, conocidos como “swaps”, no solo promueven la reutilización de la ropa, sino que también fomentan la comunidad y el consumo colaborativo.
La ropa que permanece en circulación a través del intercambio no solo evita la acumulación de desechos textiles, sino que también reduce la demanda de productos nuevos. Además, participar en un intercambio de ropa puede ser una experiencia divertida y social, que permite a los asistentes experimentar con nuevos estilos sin necesidad de gastar dinero.
La importancia de elegir materiales sostenibles
Cuando se trata de moda circular, no solo importa qué hacemos con la ropa una vez que la adquirimos, sino también cómo y con qué materiales se produce. Cada vez más marcas están optando por materiales sostenibles y ecológicos, como el algodón orgánico, el lino, el cáñamo y los tejidos reciclados. Estos materiales requieren menos recursos naturales y generan un menor impacto ambiental en comparación con las fibras sintéticas, que derivan del petróleo y tardan cientos de años en descomponerse.
Asimismo, algunas marcas están invirtiendo en procesos de producción más sostenibles, como el uso de tintes naturales y la reducción del consumo de agua en la fabricación de sus prendas. Elegir ropa producida con materiales sostenibles no solo beneficia al medio ambiente, sino que también asegura que estamos comprando productos de calidad que durarán más tiempo.
Una de las claves de la moda circular es aprender a reparar nuestras prendas en lugar de desecharlas a la primera señal de desgaste. En muchas ocasiones, basta con coser un botón, arreglar un cierre o remendar un agujero para prolongar la vida útil de una prenda. Aprender técnicas básicas de costura o llevar la ropa a un profesional puede hacer una gran diferencia en términos de sostenibilidad. Además, reparar la ropa no solo es una forma de reducir el desperdicio, sino que también nos permite tener una conexión más personal con nuestras prendas. En lugar de ver la ropa como algo desechable, la valoramos como una inversión que merece ser cuidada.