Colorimetría: cómo elegir los colores que mejor te quedan

La colorimetría cobró mucha popularidad por ayudar a las personas a encontrar sus mejores colores a la hora de vestirse.
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La colorimetría es un fascinante campo de estudio que se centra en cómo los colores interactúan con los diferentes tonos de piel, revelando cómo ciertas paletas pueden realzar la belleza individual y mejorar la apariencia general. Hace unos meses el término se popularizó en redes sociales, haciendo que miles de personas busquen formas de encontrar cuáles son aquellos colores que mejor les sientan.

Elegir los colores adecuados puede tener un impacto significativo en la forma en que nos vemos y sentimos, ya que los colores correctos pueden resaltar nuestros rasgos únicos y complementar nuestra tez de manera armoniosa. De ahí la importancia que adquirió esta rama de la moda.

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CÓMO SABER CUÁLES SON LOS COLORES QUE MEJOR ME QUEDAN

Para comenzar, es esencial entender que cada persona tiene un subtono específico en su piel, que puede ser cálido, frío o neutro. Identificar el subtono es fundamental para determinar qué colores favorecen más. Un método común para identificarlo es observar las venas en la muñeca: si las venas parecen más verdes, el subtono es cálido; si son azules, el subtono es frío; y si hay dificultades para distinguir entre verde y azul, es probable que se trate de un subtono neutro.

Una vez que se haya determinado tu subtono, se puede comenzar a seleccionar los colores que realzarán la piel y destacarán las características naturales. Si el subtono es cálido, los colores que tienden hacia el amarillo, dorado, durazno y terracota suelen funcionar bien. Por ejemplo, tonos tierra como el verde oliva, el mostaza o el coral pueden resaltar el brillo natural. Además, los tonos más oscuros como el rubí o el topacio pueden ser muy favorecedores.

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Por otro lado, si se trata de un subtono frío, los colores que tienen una base azulada o morada suelen ser ideales. Los colores como el azul zafiro, el lavanda, el rosa frío o el gris pizarra. Estos colores agregan luminosidad y claridad a tu piel, realzando tu belleza de manera sutil y elegante. Además, los tonos joya como el zafiro, la amatista o el ópalo también pueden resaltar tu tez de manera espectacular.

Si tu subtono es neutro, existe la ventaja de poder experimentar con una amplia gama de colores. Tanto los tonos cálidos como los fríos resultan muy favorecedores, así que no hay que tener miedo en explorar diferentes paletas y texturas para descubrir qué te hace sentir más radiante y seguro.

En el maquillaje, los principios de la colorimetría también son fundamentales. La elección del tono correcto de base, rubor y labial puede hacer una gran diferencia en cómo se ve tu piel. Por ejemplo, las personas con subtonos cálidos pueden optar por bases con matices dorados o durazno, mientras que aquellos con subtonos fríos pueden buscar bases con matices rosados o neutros. Del mismo modo, elegir un rubor que complemente tu subtono puede darle un toque saludable y radiante a tu piel.

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