6 mitos sobre nutrición deportiva que todo hombre debería saber

La nutrición deportiva es fundamental entre todos aquellos que realizan ejercicio de forma regular.
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La nutrición deportiva genera muchas preguntas e inquietudes entre las personas que realizan ejercicio de forma regular, especialmente porque hay muchísima información al respecto. En redes sociales se ponen de moda ejercicios o formas de comer, que no hacen más que confundir a las personas que disfrutan de ejercitarse.

En este artículo se comparten seis mitos que se fueron generando sobre este tipo de nutrición, para comprender que es mucho más fácil de lo que uno cree. Lo cierto es que todo depende del estilo de vida de cada uno, y de esa forma será mucho más sencillo continuar con el entrenamiento.

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La nutrición deportiva es fundamental para el rendimiento.

NUTRICIÓN DEPORTIVA: 6 FALSAS CREENCIAS

Mito 1: Necesitas consumir proteínas inmediatamente después del ejercicio

Un mito popular en la nutrición deportiva es que existe una “ventana anabólica” de 30 minutos después del ejercicio durante la cual es crucial consumir proteínas para maximizar la síntesis muscular. Aunque es importante ingerir proteínas después del entrenamiento, la ventana no es tan estrecha como se pensaba. Estudios recientes sugieren que la síntesis de proteínas musculares puede mantenerse elevada hasta 24 horas después del ejercicio. Lo importante es consumir una cantidad adecuada de proteínas a lo largo del día.

Mito 2: Los suplementos de proteínas son esenciales para ganar músculo

Muchos creen que los suplementos de proteínas son imprescindibles para ganar masa muscular. Sin embargo, es totalmente posible alcanzar los requerimientos proteicos diarios mediante una dieta equilibrada. Los alimentos naturales como carnes magras, huevos, lácteos, legumbres y frutos secos son excelentes fuentes de proteínas. Los suplementos pueden ser convenientes para algunas personas, pero no son necesarios si se tiene una dieta bien planificada.

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La nutrición deportiva es algo que todos deberían aplicar.

Mito 3: Comer carbohidratos engorda

La demonización de los carbohidratos llevó a la creencia errónea de que consumirlos conduce al aumento de peso. En realidad, los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cuerpo, especialmente durante el ejercicio. La clave es elegir carbohidratos complejos, como granos enteros, frutas y verduras, que proporcionan energía sostenida y nutrientes esenciales. El exceso de calorías, no los carbohidratos en sí, es lo que puede llevar al aumento de peso.

Mito 4: Las dietas bajas en grasa son mejores para el rendimiento deportivo

Durante años, se promovió la idea de que una dieta baja en grasas era óptima para la salud y el rendimiento deportivo. Sin embargo, las grasas saludables son vitales para numerosas funciones corporales, incluyendo la producción de hormonas y la absorción de vitaminas. Grasas insaturadas, como las encontradas en el aguacate, el aceite de oliva y los frutos secos, son beneficiosas para la salud y el rendimiento deportivo. La clave está en moderar las grasas saturadas y evitar las grasas trans.

Mito 5: Evitar la sal a toda costa

Si bien el consumo excesivo de sal puede ser perjudicial, especialmente para aquellos con hipertensión, los atletas necesitan niveles adecuados de sodio para mantener el equilibrio electrolítico y la función muscular. Durante el ejercicio intenso, se pierde sodio a través del sudor, y su reposición es crucial para prevenir calambres y mantener el rendimiento. Es importante ajustar la ingesta de sal en función del nivel de actividad y las condiciones climáticas.

Mito 6: Tomar mucha agua siempre es mejor

La hidratación es fundamental para el rendimiento, pero tomar en exceso puede ser contraproducente. La hiperhidratación puede diluir los niveles de sodio en la sangre, conduciendo a una condición peligrosa llamada hiponatremia. Los atletas deben enfocarse en beber cuando tienen sed y considerar el uso de bebidas isotónicas durante actividades prolongadas o intensas para reponer electrolitos y mantener el equilibrio hídrico.

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