La filosofía del slow living nació en los años 80 y promueve el ir contra la corriente moderna de la inmediatez y el multitasking. Así se le podrá dar a cada actividad la atención y el tiempo que requiere, es decir, seguir el “ritmo natural” de las cosas.
Este estilo de vida tuvo mucho éxito gracias a que diversos autores hablaron sobre sus beneficios frente al estilo de vida caótico, apresurado y angustiado en el que vivimos actualmente e incitando al cambio extremo en las actividades de su vida cotidiana. En este marco, dentro del movimiento del slow living, en lugar de hacer varias cosas a la vez, se hacen menos y que, aunque sean pocas, estarán bien hechas.
La pandemia de Covid-19 ha provocado que la sociedad pise el freno y que sean muchos los que se lleguen a plantearse dar un giro a su estilo de vida. Durante el confinamiento, la población se dio cuenta de que no es necesario optar por las prisas o los excesos y que se puede llevar una vida plena desacelerada. Por ende, a través del slow living, las personas buscan generar nuevas rutinas, dedicar tiempo a lo que le gusta, celebrar lo que tienen e inspirarse en otros estilos de vida que ven en redes sociales.
¿Qué pasa cuando llegamos al límite y no damos más? La salud física y mental son muy importantes en la vida y muchas veces nos piden ir más lento. En este contexto, otros deciden requirrir a la llamada “renuncia silenciosa”,.
Consejos de ‘slow living’ para el día a día
- Dedicar al menos cinco minutos para meditar y/o respirar de forma consciente.
- Poder estar con uno mismo, hablarse y disfrutar de los momentos solo.
- Saborear con atención los alimentos.
- Repetirse frases como: “Está bien ir un poco más despacio”.
- Observar con atención la naturaleza que esté en su entorno y las sensaciones que le presenta.
- Sembrar y cuidar de una planta, ya sea en casa o en la oficina.
- Comprar una libreta y tenerla en la mesa de noche, encima del teléfono para que escribir sea lo primero que haga al despertar, en lugar
de agarrar el celular. - Reducir el consumo de carne: ser respetuosos con el planeta es
una de las bases de este movimiento.
El slow living significa vivir con calma, disfrutar de las cosas buenas y prestarle a cada cosa la atención que realmente merece. También se promueve la vida sana, la sostenibilidad y el cuidado de las relaciones sociales. Los que deciden llevar este estilo de vida, por lo general emprenden sus propios negocios con propósito y se manejan con mucho respeto en relación al entorno natural.