¿De qué se trata la cultura de la cancelación?

La “cultura de la cancelación” es un término de pocos años que se utiliza para describir un fenómeno en el cual una persona o un grupo de personas intentan “cancelar” a otra persona, empresa o entidad por comportamientos considerados inapropiados o dañinos. Esto puede incluir desde boicots a través de las redes sociales hasta la presión para que se retiren productos de una tienda o se cancele una actuación.

Es muy común en Twitter, si las personas quieren cancelar a alguien por la más mínima cosa que dijo, buscan en la cuenta del famoso en cuestión y scrollean hasta sus tweets de 2012. Época en la que quizás esa persona tenía otro pensamiento y manifestaba cosas que actualmente están mal vistas como la homofobia, racismo, gordofobia etc. Mucha gente fue víctima de la cultura de la cancelación, algunas pudieron salir, otras no.

En Argentina hubo varios casos de famosos que han sufrido la cultura de la cancelación. Por ejemplo en 2020, Pablo Matera, capitán del equipo argentino de rugby Los Pumas, fue cancelado después de que se hicieran públicos comentarios racistas y xenófobos que había hecho en las redes sociales en 2011. Él salió a disculparse y las críticas al deportista cesaron después de un tiempo.

La cultura de la cancelación es objeto de mucho debate, ya que algunos argumentan que puede ser una herramienta efectiva para combatir comportamientos problemáticos, mientras que otros afirman que puede ser injusta y limitar la libertad de expresión.

Algunos críticos de la cultura de la cancelación argumentan que las personas a menudo son canceladas sin un juicio justo o sin tener la oportunidad de explicar sus acciones o disculparse. Además, algunos afirman que la cultura de la cancelación puede conducir a una atmósfera de censura y autocensura, en la que las personas temen expresarse libremente por miedo a ser canceladas.

Por otro lado, existen los defensores de la cultura de la cancelación quienes argumentan que puede ser una forma efectiva de responsabilizar a las personas y las empresas por su comportamiento y fomentar un cambio positivo en la sociedad. También sostienen que la cultura de la cancelación puede dar voz a grupos marginados o discriminados que anteriormente no tenían una plataforma para expresar sus preocupaciones.

Es un fenómeno complejo y controvertido que convirtió en un tema importante en los debates sobre la libertad de expresión, la justicia social y la responsabilidad personal.

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