Dolor: ¿Son los hombres más sensibles? La respuesta científica

Una de las mayores preguntas que se hace la ciencia es sí es cierto que los hombres sienten más dolor que las mujeres.
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Son  miles los que sugieren que los hombres tienen mucha más sensibilidad al dolor que las mujeres. Ya sea porque se quejan cuando se lastiman, o casos en los que se realizan un tatuaje. En consecuencia, comienza a surgir la broma de que ellos no pueden tolerar ni la mitad de las cosas que atraviesan las mujeres.

Con toda esta problemática, la ciencia salió a dar una respuesta. Hay una cuestión a tener en cuenta, y es que la sensibilidad al dolor no se refiere necesariamente a una cuestión biológica, sino más bien a una cuestión de la individualidad de cada uno. Por lo que separar esta hipótesis solo en género, no tiene mucho sentido.

Uno de los aspectos clave que los estudios abordaron es la respuesta fisiológica al mismo. Algunas investigaciones encontraron que las mujeres pueden tener una mayor sensibilidad debido a diferencias en la percepción y la modulación por hormonas sexuales como los estrógenos. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Pain en 2019 encontró que las mujeres tienen una mayor sensibilidad al térmico en comparación con los hombres.

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Sin embargo, otros sugieren que los hombres pueden tener una menor tolerancia al dolor agudo en ciertas circunstancias. Un estudio de la Universidad de Montreal publicado en la revista Pain en 2018 encontró que los hombres reportaron niveles más altos de dolor después de una lesión dental aguda en comparación con las mujeres. Estos hallazgos contradicen la idea de que los hombres son inherentemente menos sensibles al dolor.

Además de las diferencias biológicas, los factores psicológicos y sociales también desempeñan un papel significativo en la percepción del dolor. Las diferencias en la forma en que hombres y mujeres expresan emociones y manejan el estrés pueden influir en cómo perciben y responden al dolor. Un estudio publicado en la revista PLOS ONE en 2016 encontró que las mujeres informaron niveles más altos de dolor y malestar emocional en respuesta a estímulos dolorosos que los hombres.

Los estereotipos de género y las expectativas sociales también pueden influir en la forma en que se percibe y se trata el dolor en hombres y mujeres. Un estudio de la Universidad de Stanford publicado en la revista Journal of Pain en 2017 encontró que las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de ser tratadas de manera inadecuada para el dolor en entornos médicos, lo que sugiere que las diferencias de género pueden afectar la atención médica recibida.

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En este artículo se detalla información acerca de la respuesta de la ciencia a esta disyuntiva, para comprender de qué forma es que las mujeres y los hombres se diferencian en la cuestión de sensibilidad al dolor. Se exponen distintas aristas de aspectos a fin de entender cuál es la verdadera respuesta a este misterio.

LA RESPUESTA DE LA CIENCIA SOBRE LA SENSIBILIDAD AL DOLOR

La hipótesis de si los hombres son más sensibles al dolor fue objeto de estudio en la investigación científica, y la respuesta a esta pregunta no es tan simple. Aunque se observó que existen diferencias entre hombres y mujeres en la percepción y respuesta al dolor, estas diferencias no se reducen a una mayor sensibilidad en un género sobre otro de manera absoluta. En cambio, los estudios sugieren que las diferencias pueden estar influenciadas por una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.

En términos biológicos, las investigaciones encontraron diferencias en la forma en que hombres y mujeres procesan el dolor. Por ejemplo, algunos estudios indican que las mujeres tienen una mayor sensibilidad al dolor debido a diferencias en los receptores de dolor y la modulación del dolor por hormonas como los estrógenos. Sin embargo, otros estudios sugieren que los hombres pueden tener una menor tolerancia al dolor agudo en comparación con las mujeres.

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Por otro lado, los factores psicológicos también desempeñan un papel importante en la percepción del dolor. Por ejemplo, se comprobó que las mujeres tienden a informar más sobre su dolor y buscar ayuda médica con más frecuencia, lo que podría influir en la percepción general de la sensibilidad al dolor. Además, las diferencias en la forma en que hombres y mujeres expresan emociones y manejan el estrés pueden afectar cómo perciben y responden al dolor.

Además de los aspectos biológicos y psicológicos, existen factores sociales y culturales que pueden influir en la percepción del dolor entre hombres y mujeres. Por ejemplo, las expectativas de género y los roles tradicionales pueden afectar cómo se espera que hombres y mujeres expresen su malestar físico. Los estereotipos de género también pueden influir en la manera en que los médicos evalúan y tratan el dolor en función del género del paciente.

Es importante destacar que la sensibilidad al dolor puede variar significativamente entre individuos, independientemente de su género. Factores como la genética, la experiencia previa con el dolor, las enfermedades crónicas y otros aspectos individuales pueden influir en la forma en que una persona percibe y maneja el dolor. Por lo tanto, generalizar sobre la sensibilidad al dolor según el género no captura la complejidad y la diversidad de las respuestas individuales al dolor.

En resumen, si bien hay diferencias observables entre hombres y mujeres en la percepción y respuesta al dolor, estas diferencias no pueden reducirse a una mayor sensibilidad en un género sobre otro de manera absoluta. La sensibilidad al dolor está influenciada por una interacción compleja de factores biológicos, psicológicos y sociales, así como por diferencias individuales entre personas. Por lo tanto, abordar adecuadamente la percepción y el tratamiento del dolor requiere considerar una gama completa de factores que afectan la experiencia del dolor en cada individuo.

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