5 formas en las que el Design Thinking puede mejorar tu calidad de vida

El Design Thinking (pensamiento de diseño) es una metodología que facilita la solución de problemas, el diseño y desarrollo de productos y servicios de todo tipo y sectores económicos. Para eso, utiliza equipos altamente motivados, además de la innovación y creatividad como motores, con el ser humano como el centro del proceso.

Esta puede aplicarse a cualquier sector, con o sin fines de lucro, público o privado, digital o analógico. En general sirve para resolver problemas de forma creativa e innovadora; diseñar y desarrollar productos o servicios; rediseñar procesos de negocios; emprender y crear startups; diseñar y crear una presentación de negocios; diseñar cursos virtuales u online; o crear un plan de vida. 

En relación a este último uso, el Design Thinking resulta una herramienta muy eficiente para encontrar el propósito y los intereses que uno tiene en la vida. Así lo demuestra un estudio realizado por la Universidad de Stanford, que revela que en Estados Unidos, solo el 27% de los graduados universitarios termina desarrollando una carrera relacionada con su título universitario.

A raíz de esta estadística, se realizó una experimentación con los estudiantes de Stanford, utilizando el Design Thinking para ayudarlos a sintonizar mejor con sus propósitos de vida. La investigación propone utilizar los cinco pasos del Design Thinking, aplicados al diseño de la propia vida:

  1. Empatizar: Situarse en uno mismo y sintonizar con la realidad que rodea al individuo, tanto con sus fortalezas como con sus debilidades. Identificar los intereses, las pasiones y las curiosidades que uno tiene. Finalmente, identificar qué tan lejos nos encontramos y cuáles son las creencias y los factores que nos mantienen alejados de esos universos positivos en nuestra vida.
  1. Definir: Una vez que uno tiene el diagnóstico honesto sobre la vida propia, se definen los objetivos respecto de hacia dónde se quiere llegar y cómo quiere que sea aquel «mejor estilo de vida».
  1. Idear: Este es el momento de generar ideas y utilizar las herramientas y juegos de las metodologías ágiles para generar una gran cantidad de ideas de diversos tamaños y naturalezas, intentando imponer la menor cantidad de limitaciones posibles. Luego del proceso de ideación, se realiza un proceso de filtrado de aquellas resultan ser las mejores para llevar a cabo.
  1. Prototipar: El método propone pasar de la idea rápidamente a la acción, llevando a cabo pequeños experimentos de acciones y decisiones de la propia vida, con el objetivo de aprender el impacto que pueden tener el día a día que lleva uno.
  1. Evaluar: Finalmente, llega el momento de realizar la evaluación pertinente y analizar los aprendizajes para ajustar las decisiones y, de ser necesario, reencaminar o volver a comenzar.

Esta metodología tiene resultados muy positivos y eficientes para el ser humano, siempre y cuando se le dedique el tiempo y esfuerzo necesario a esta búsqueda para sintonizar y ejecutar cada una de las etapas, todas ellas igual de importantes.

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