En la actualidad, la exigente vida cotidiana es uno de los motivos principales por los que el cuerpo sufre, en especial las cervicales. En consecuencia, comienza a manifestar síntomas de malestar que terminan arruinando la vida de la persona. Hay que tomarse un momento para descansar durante el día, para el cuerpo pueda descomprimir y vivir de forma más amena.
Una de las partes del organismo que más sufre tiene que ver con el cuello. Una mala postura frente al escritorio en la oficina, o un mal movimiento durante la noche puede detonar una serie de mareos cervicales que pueden llevar incluso a la internación. Es por eso que con una buena rutina de elongación, el cuello se puede estirar y relajar.
RUTINA PARA ELONGAR LAS CERVICALES
Lo principal es encontrarse en un momento del día tranquilo. El cuello no se va a relajar si la mente no para de pensar las cosas que debe de hacer durante el resto de la jornada. Una vez que se encuentre ese espacio de mayor relax, entonces se procede a sentarse en una posición cómoda, con los dos isquiones bien apoyados sobre la superficie.
Lo mejor es sentarse como indio, esto es, con una pierna cruzada una sobre la otra. Espalda derecha y procede a hacer una profunda inhalación. Este ejercicio casi meditativo ya pone al cuerpo en un estado de relajación profundo que descomprime todo el estrés y el malestar durante la jornada vivida. Luego, se procede a la elongación de las cervicales.
Con cada inhalación se realizará el movimiento que estire esa parte del cuello. Entonces, se hace una respiración profunda y la cabeza se inclina para el lado izquierdo (que la oreja toque el hombro). En esa posición se hacen tres inhalaciones y exhalaciones y se vuelve a la posición inicial. A continuación, se repite pero para el otro lado.
Las cervicales se dañan por la postura.
Una vez concluido la elongación lateral, se estiran las cervicales de manera vertical. De vuelta: tras una inhalación, la cabeza baja hacia adelante (que la pera casi toque el pecho). Si es necesario se puede generar apenas un poco de presión con las manos en la unión de la cabeza con la nuca. Para terminar la rutina, se hacen movimientos circulares con la cabeza mientras se sigue respirando. Lo ideal: hacer tres giros para un lado y tres para el otro.
Esta rutina se puede hacer dos veces al día: antes de levantarse y antes de irse a dormir. Si se acompaña con una almohada especial sería genial para que la cabeza se apoye correctamente sobre la cama. Pero lo más importante a realizar tiene que ver con eliminar el estrés de la vida de una persona.
Aunque suene como imposible, dejar de lado el nerviosismo y la ansiedad es uno de los factores que más ayudará a que el cuerpo entero esté tranquilo. Con una meditación diaria y un poco de terapia, pronto eso se ira yendo y comenzará el camino para vivir una vida tranquila, amena, que no repercuta en el cuerpo físico.