Premian a tres científicos con el Nobel de Química por el descubrimiento y la síntesis de puntos cuánticos.
El Premio Nobel de Química de 2023 ha sido otorgado a tres investigadores con sede en los Estados Unidos: Moungi Bawendi, del Massachusetts Institute of Technology (MIT); Louis Brus, de la Universidad de Columbia; y Alexei Ekimov, quien trabaja en Nanocrystals Technology. Los tres científicos fueron reconocidos por su descubrimiento y síntesis de puntos cuánticos, que desempeñan un papel crucial en el avance de la nanotecnología.
La Real Academia Sueca de las Ciencias, encargada de anunciar el premio en Estocolmo, destacó que todos los galardonados en Química son pioneros en la exploración del mundo de la nanotecnología. Aún quedan por anunciarse los premios Nobel en las categorías de Literatura, Paz y Economía, en un proceso que culminará el 9 de octubre.
Los puntos cuánticos son nanocristales semiconductores artificiales que tienen la capacidad de convertir un espectro de luz entrante en una frecuencia de energía de salida diferente. Estos nanocristales suelen tener un diámetro que varía entre 2 y 10 nanómetros, lo que equivale a aproximadamente entre 10 y 50 átomos. Lo que los hace especialmente interesantes es que poseen propiedades optoelectrónicas únicas que permiten ajustar sus niveles de energía de acuerdo a la longitud de onda o el color de la luz que incide sobre ellos. Esta característica es esencial para una amplia gama de aplicaciones en la nanotecnología, la electrónica y la óptica, incluyendo pantallas de alta calidad, etiquetas de seguridad, y dispositivos biomédicos, entre otros.
Los laureados con el Premio Nobel de Química 2023 lograron producir partículas tan diminutas que sus propiedades son regidas por fenómenos cuánticos. Johan Åqvist, presidente del Comité del Nobel de Química, destacó que los puntos cuánticos poseen una serie de propiedades fascinantes y singulares, y subrayó que su color varía dependiendo de su tamaño. Este avance en la manipulación y comprensión de los puntos cuánticos es de gran importancia en la investigación científica y en diversas aplicaciones tecnológicas.
Los físicos ya sabían teóricamente que los efectos cuánticos dependientes del tamaño podrían manifestarse en nanopartículas, pero en aquel entonces, esculpir en nanodimensiones era una tarea casi imposible. Sin embargo, a principios de la década de 1980, Alexei Ekimov, quien actualmente tiene 78 años, logró crear efectos cuánticos dependientes del tamaño en vidrio coloreado. El color del vidrio se debía a las nanopartículas de cloruro de cobre, y Ekimov, nacido en la Unión Soviética, demostró que el tamaño de las partículas tenía un impacto en el color del vidrio a través de efectos cuánticos. Este logro representó un avance significativo en la comprensión y manipulación de los efectos cuánticos en nanoescala.
Unos años después, Louis Brus, un científico estadounidense de 80 años, se convirtió en el primero en demostrar efectos cuánticos dependientes del tamaño en partículas que flotaban libremente en un fluido. Su contribución fue un hito en la comprensión de los efectos cuánticos en partículas en movimiento. En 1993, Moungi Bawendi, de 62 años y nacido en París, revolucionó la producción química de puntos cuánticos, logrando partículas de una calidad casi perfecta. Esta alta calidad era esencial para que los puntos cuánticos pudieran ser utilizados en una amplia gama de aplicaciones prácticas. Sus contribuciones conjuntas sentaron las bases para la investigación y aplicación de los puntos cuánticos en diversos campos de la ciencia y la tecnología.