El Año Nuevo Judío, llevado a cabo desde el 15 de Septiembre hasta el 17 de Septiembre, o también denominado Rosh Hashaná (“Cabeza del Año”), es celebrado por miles de judíos en todas partes del mundo.
Este año se festeja la llegada del año 5784 de su calendario. Miles de judíos en todo el mundo destinan un momento de esta celebración para hacer una meditación e introspección y así poder autoexaminarse, analizar sus actos y acciones realizadas en el año y rectificarse, de ser necesario, realizando plegarias con el fin de demostrar arrepentimiento en aquellas acciones.
Otro aspecto curioso e interesante de esta fecha festiva es el toque del Shofar. El Shofar, es un instrumento simple y primitivo, hecho con el cuerno de un carnero y simboliza la voz del pueblo a Dios, transmitiendo la adoración de los judios reconociendolo como el Creador. El momento en donde se utiliza y hace sonar dicho instrumento, es el momento más importante en esta festividad.
El Año Nuevo Judío, también conocido como Iom Hadin (Día del Juicio), alude al momento en que fue creado el mundo y conlleva la creación de Adán y Eva como los primeros hombres creadores por Dios.
A raíz de este reconocimiento, se realizan plegarias por la felicidad del género humano y por la paz universal. El Rosh Hashaná, y el calendario inician con el primer día del año llamado el 1° de Tishrei, en donde marca el comienzo de un período de diez días (Aseret Iemei Teshuva). Aquí se hace un balance del año pasado y se proyecta para el año que está comenzando.
Se considera que en estos 10 días, Dios convoca al pueblo para eliminar los vicios, limpiarse de todo mal pensamiento y de todo lo que no corresponde moralmente. Así, se limpia el camino y se arranca un año nuevo acorde a la ley. Este período finaliza con Iom Kipur, el Día del Perdón.
En cuanto a uno de los momentos más importantes de la celebración, el Shofar se toca durante la plegaria matutina y simboliza un llamado al arrepentimiento. Su material hace referencia a cuando Abraham sacrificó a un carnero en lugar de su hijo Isaac.
El sonido de dicho instrumento se asemeja al de un llanto. Se considera que quien llora es Dios , ya que el ser humano es pecador y tomó la decisión por voluntad propia de alejarse del camino correcto. Asimismo, es un clamor que hace el hombre para retornar al camino de Dios.
Otro aspecto interesante es que durante los festejos de Rosh Hashaná, se consumen alimentos a base de manzana con miel que simbolizan el deseo de que comience un año dulce.
También, se saluda con “Shaná Tová”, una expresión de anhelo de que el año próximo sea próspero. Está acompañado de una bendición: “Leshaná tová tikatev vetejatem” , en español, “Que seas inscripto y sellado para un buen año”.
A su vez, se encienden las velas acompañado de un rezo. Luego de esta ceremonia se recita el Kidush y bendice previo a la injerencia de lo denominado “jalá”.
